NUESTRA HISTORIA

Don Joaquin Roch recordado empresario, filántropo y visionario yucateco, se enamoró de la Filosofía Montessori cuando en su estadía en la Ciudad de México, sus hijos tuvieron la oportunidad de estudiar en una institución desarrolladora del Método y con la intención de que ellos continuaran su formación bajo esta metodología, sin dudarlo ni un momento y teniendo la capacidad y posibilidad, reúne a un grupo de padres de familia reconocidos y respetados por la sociedad de la época, para proponerles el establecimiento de una escuela Montessori en la ciudad.

METODOLOGÍA MONTESSORI

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PREGUNTAS FRECUENTES

En Montessori el niño tiene libertad de movimiento, libertad de acción, libertad de palabra, eligiendo su propio trabajo y el espacio donde lo va a desarrollar y adquiriendo el conocimiento de manera individual y a su propio ritmo, alejándose de la memorización y acercándose al razonamiento, en vez de las actividades dirigidas por un maestro, en filas de pupitres alineados y horarios pre-establecidos.

El objetivo principal de Montessori es acompañar el aprendizaje a través de la concentración, la motivación, la autodisciplina y el amor por el mismo, en lugar de proporcionar instrucción directa.

Las guías Montessori llevan a los niños a momentos emocionantes de descubrimiento y trabajan para crear un aprendizaje no competitivo, puesto que no existen ni exámenes ni calificaciones como en la escuela tradicional.

La evaluación en Montessori es permanente a través de la observación y el avance de los procesos integrales del niño, no hay calificaciones sino una evaluación y no sólo en lo que a aprendizaje se refiere sino respecto a su auto-construcción y a su auto-superación,  a su desarrollo general en todos los aspectos de su personalidad.

La diversidad de edades en un mismo ambiente propicia que los niños compartan espontáneamente sus conocimientos y experiencias  entre ellos, los libera para que disfruten de sus propios logros en lugar de compararse con los demás.

Los niños más grandes contribuyen en liderazgo y orientación y viven la satisfacción de ayudar a los demás, en tanto que los más pequeños son alentados por los primeros y aprenden a través de observarlos. Se desarrolla el respeto por los demás  y al mismo tiempo, por su propia individualidad. 

De ésta manera se facilita la construcción de una comunidad donde todos refuerzan día con día su autoestima, se fortalece la participación social, la interacción y el aprendizaje colectivo.

Los materiales en Montessori tienen control de error, el mismo niño se da cuenta cuando algo no está bien o algo no encaja y a través de la repetición llega a la perfección. El error, equivocación o falta, es considerado como parte del aprendizaje, por ello, no es castigado, resaltado o señalado, sino, valorado e integrado como una etapa del proceso. Se suele estimular a que el niño haga siempre una auto-evaluación.

Montessori no es solo un método sino una Filosofía, y como tal, desde el primer momento que la incorporas a tu vida, te acompañará hasta el final del camino sin limitar el espacio de desarrollo a la escuela.

Como Filosofía está fluye de manera natural en todos los aspectos de la vida y por supuesto es aplicable en casa, invitando a los niños a continuar el proceso, evitando el uso de ayuda innecesaria por parte de algún adulto, ni utilizar reconocimientos o premios ni castigos, solo exhortándolos a asumir las consecuencias.

Como ejemplo podemos hablar de  encontrar formas para que el niño ayude en la preparación de las comidas, poner y quitar la mesa,  inculcarle la responsabilidad de cuidar sus cosas y espacios y ambientes comunes de la casa, como el  jardín, en resumen se habla de involucrarlo en la primera comunidad que es la familia.

La familia tiene que ser congruente con el colegio, por lo tanto es de vital importancia que no sólo la educación escolar sea montessoriana sino la formación en casa también lo sea.

Montessori como método es aplicable en periodos de tiempo limitados, sin embargo lo óptimo es la conversión natural de método a la filosofía, ésta es por tanto para siempre; el niño al dejar Montessori (que lo ideal es que termine el proceso habiendo pasado por Comunidad Infantil, Casa de Niños y Taller) ya ha aprendido a trabajar independientemente y como parte de una Comunidad, obtuvo las herramientas necesarias para tomar las mejores decisiones, solucionar problemas y manejar con eficacia su tiempo, sabe que para llegar a un objetivo, primero debe entender a través de la observación, investigación  y el razonamiento.

En su estadía en Montessori, fortaleció su autoestima a tal punto que está listo para afrontar la vida y sus cambios, el niño se autoconstruyó desde una visión no competitiva y por lo tanto tiene una buena autoimagen para enfrentar los retos y cambios con optimismo y excelente preparación personal. 

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